Hoy en día el petróleo, combustible fósil por excelencia, va algo más allá de lo cotidiano. Es el pan nuestro de cada día, principal fuente de energía mundial, y está presente en casi todo lo que nos afecta.
En transporte es un factor muy importante. En esta publicación, comentaremos qué es el bunker adjustment factor (BAF) y cómo funciona.
El BAF se aplicó por primera vez como tal, tras la primera gran crisis del petróleo en 1973, aunque desde los años 50, tras el boom de la containerización, ergo, de buques porta contenedores, se comenzaron a aplicar conceptos relacionados. Hasta ese momento, los carriers ofrecían tarifas estables que lo incluían, pero conscientes del valor oscilante del combustible, se separó del resto del concepto del transporte. El fin era crear un concepto flexible que ajustase los precios del combustible.
Hace no tanto que el barril de petróleo se pagó a 150$, y hoy podría caer a los 20$, algo totalmente ficticio, porque se ajustará tan pronto se resuelva el galimatías macroeconómico que trata de ajustar una demanda mermada por los efectos de la recesión económica mundial, y una auténtica batalla en el lado de la oferta para que la OPEP, con Arabia Saudí a la cabeza, no pierda su sitio en el mercado, y tratar de minorar el éxito que está teniendo el fracking en EEUU.
Pero a nuestro BAF no le afectan tan directamente las fluctuaciones en este mercado del brent.
Partamos de la base que el BAF es un concepto creado por los carriers marítimos, es decir, está ligado al combustible que utilizan estas naves, que es prácticamente crudo, no teniendo tanto que ver con la gasolina o gasoil que nosotros conocemos, que son combustibles mucho más refinados.
Dentro de lo que es este tipo de combustible, conocido como bunker fuel, existe un mercado ligado, pero paralelo, en el que influyen otros factores como el almacenaje y la especulación. Es por eso, que puede que veamos cómo el BAF baja en nuestros transportes, pero no tanto como nos gustaría.
¿Ves que el precio de tus transportes se han reducido?
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